Protestas en Venezuela

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Fuerza Colectiva para el cambio

domingo, 1 de enero de 2017

A Merced de la Locura.

La desintegración de la Sociedad burguesa como objeto de la Revolución.

Michel Focault en su imponderable Historia de la Locura en la época Clásica, supuso, que la sociedad en el tratamiento del loco, intenta darle una interpretación de su accionar, relacionado con la inconveniencia de que un sujeto con desequilibrios mentales influyentes en su comportamiento, anduviese suelto o con los mismos derechos que los sujetos racionales. Focault formula que, con respecto al asunto del estatuto social del loco, la modernidad burguesa supuso, el pasar de una visión trágica o cómica pero siempre respetuosa e incluso reverente, sobre la locura, que era la que imperaba en la Antigüedad y en la Edad Media, hacia un gran temor: la locura como amenaza respecto a la razón moderna. No podía ser de otra manera. Hoy, en la Venezuela de 2017, vemos una situación inversa digna de estudio. El proceso político denominado Revolución Socialista Bolivariana, del Siglo XXI, Revolución Chavista (nombre incorrecto, porque no se remite a un proyecto ideológico de un hombre ilustrado en política, sino a un líder populista, de origen militarista, que abraza procedimientos democráticos, para instaurar formas discursivas socialistoides, con acciones autoritarias y de corte neo-liberal, acompañadas de una des-institucionalización cuyo objeto es apoderarse de las riquezas de la población y ejercer actos de abierta corrupción e impunidad.) es en realidad un proyecto de regreso a la mas atrasada forma de dominación política, amparada por cúpulas militares, como si hubiesen insertado el tiempo histórico, a aquel, de la Venezuela de 1800, desolada por la guerra de independencia solo realizada en nuestro escenario local, en la cual se creo una gesta distorsionada de una heroicidad, cuya correspondencia y razón, se resume y limita, a otorgar poder decisivo sobre el territorio, población, tierras, bienes y orientación organizativo-política de nuestro país, pero en nuestro triste caso, dejando todas las decisiones en las manos de los militares, extraviando la Civilidad de los escenarios.
El balance histórico nos muestra, no solo la falsedad de este proceso, sino el rotundo fracaso de esa concepción y todos, absolutamente todos, los modelos e intentos en mostrar soluciones y respuestas a los problemas de nuestro desarrollo que han surgido de este pensar político. Sin Civilidad no hay progreso ni desarrollo. Hoy pueden leerse justificaciones insólitas como ese eufemismo de algunos intelectuales convertidos en vulgares palangristas, donde afirman, que el proyecto del socialismo bolivariano tiene como objetivo destruir la sociedad burguesa de clases para construir una nueva clase dominante y élite política, argumento que esconde la razón primaria: con el militarismo solo hay barbarie.
Cuando vemos la conducta del actual estamento político de la Venezuela objeto de estas observaciones, en la persona del Presidente de la República, de su gabinete, de líderes del partido oficial, sus declaraciones y discursos, no cabe duda de que estamos en el proceso inverso al que refiere Focault. Los locos gobiernan y la gente mentalmente sana es presa de este Estado bizarro resultante de nuestro descuido histórico, para con la planificación de la sociedad y los roles que han de asumir los hombres y mujeres, que en sus respectivas áreas de acción y organizaciones públicas y privadas, han perdido su visión y función histórica, o en todo caso, no la asumen, con sentido de trascender la vida y autentico sentimiento, de que esta si es la verdadera batalla por la Independencia del país. En otras palabras, se requiere de mucho sacrificio, de mucha entrega, y nadie lo hace. Lo inmediato, que contempla el bienestar personal, la comodidad propia y el interés particular, nos ha enloquecido. Toda la fase evolutiva por la cual, la especie humana desarrolla capacidad reflexiva con el transcurrir del tiempo y las generaciones, se estanco en nuestra sociedad, todo es involución. Los esfuerzos de ciertas generaciones son destruidos por la siguiente y debemos detenernos a pensar, que es lo que ocurre. En la actualidad, estamos en uno de los estadios de mayor atraso y peligrosidad. Es un Estado de locura. Para ello, tomaré, el escrito del periodista caroreño, Juan Páez Avila del diario el Impulso del Estado Lara, de fecha 16 de julio de 2016 que comenta:..." El nombramiento del Ministro de la Defensa, General Padrino López, jefe de la Misión de Abastecimiento Seguro y Soberano, a quien deben rendirle cuenta la mayoría de los ministros del Gabinete de Nicolás Maduro, además de anular la mayoría de las funciones del Vicepresidente Aristóbulo Istúriz, marca el rumbo militarista que el Presidente de la República se propone imponer a los venezolanos a corto o mediano plazo, según las circunstancias políticas que surjan del desafío gubernamental al país y al mundo democrático, que busca una salida constitucional y cívica a la presente crisis que afecta a la nación. Existen diversas variantes y modalidades políticas que los partidarios de las dictaduras del caudillismo decimonónico y del capitalismo de Estado del siglo XX, utilizan para intentar liquidar la democracia e imponer la barbarie personalista, militarista y dictatorial. Sin que sea algo nuevo, porque durante la primera mitad del siglo XX, el fascismo en Italia y el nacionalsocialismo en Alemania, emergieron a través de una fachada electoral y un lenguaje democrático, para establecer feroces dictaduras, derrotadas sólo por los Aliados al final de la Guerra Mundial, en América Latina y en el llamado Tercer Mundo se corre el riesgo de una regresión a la barbarie, si las fuerzas democráticas no son capaces de unirse en la defensa del imperio de la Ley nacional y de todos los convenios internacionales que tienen como mandato el respeto a los Derechos Humanos y en general a la preservación de la democracia. El control de los Poderes Públicos por parte del Ejecutivo, y en algunos casos la liquidación, de las instituciones fundamentales de la democracia, la violación frecuente de las leyes, es decir, la inobservancia de la Constitución Nacional y de los tratados internacionales firmados por la mayoría de los países del universo, colocan a nuestro país, en la vía hacia el totalitarismo.Y aunque la derrota del fascismo, del nazismo y del comunismo y su difícil retorno con crímenes masivos y campos de concentración, parecen tragedias lejanas, el gobierno del madurismo ha realizado y realiza diversos intentos de destrucción de las libertades públicas y de la propiedad privada para dar paso a un capitalismo de Estado que no sólo fracasó en la Europa comunista, sino que también llenó de pobreza y miseria a millones de personas, que si no quedaron desempleados, ganaban salarios de hambre. La judicialización de la política, con el desconocimiento de las atribuciones constitucionales de la Asamblea Nacional, la cárcel, la persecución y exilio forzoso de los adversarios políticos del régimen, son claras evidencias de la tendencia militarista y totalitaria del gobierno de Nicolás Maduro, que además de ser denunciados, deben enfrentarse con coraje y firme decisión democrática".
Esta dolorosa verdad, tiene como base, una situación de demencia de los integrantes de las FANB, fundamentalmente su alto mando militar. Demencia sustentada en privilegios como el enviarle cestas de navidad con 10 perniles y productos diversos de la Cesta Básica a los Jerarcas Militares, así como repartir entre los castrenses, vehículos, de difícil acceso, o  ni le llegan para adquirirlos, a la población civil, como recurso de compra de su perdida conciencia mental que divaga entre cumplir su función institucional o aprovecharse de la situación sin importar el papel social que les fue encomendado. El resto de la población, salvo los jerarcas del régimen, pasa penurias, que incluye la regresividad de derechos laborales y la violación constitucional del Gobierno, al no responder con la dignidad del sustento familiar, procurando salarios acorde al costo de la Canasta Básica.
Locura es realizar campañas de culto a la personalidad de Chavez y de cualquier otro venezolano, fomentar su recuerdo con utilidad política, es simplemente una orfandad de capacidad y realismo de quien las promueve y anuncia. Ni siquiera, uno de los locos mas aventajados en eso de hacer de la demencia una facultad en la que se involucra a todo un pueblo, como es el caso de Fidel Castro en Cuba, quiso que se cumpliera la continuidad del proyecto de enajenamiento mental propio de las revoluciones y del protagonismo activista como herramienta electoral,  y en un gesto de cordura, declaró la prohibición del culto a su persona. Una Venezuela. sumida en una profunda crisis política, social, económica y moral, cuyo Presidente en un claro anuncio propio de un loco desatado, que vocifera su desequilibrio pensante, en declaraciones como la de presentar como un logro el pertrechamiento de equipos militares de guerra, combate y represión de manifestaciones, sinceramente nos obliga a decir que estamos a merced de la locura y no hay otra forma de entender lo que en otras sociedades sería una razón para que le pusiesen inmediatamente una camisa de fuerza y el estamento gubernamental pidiera perdón por tamaño desvarío. Pero como Uds ya saben, esa no es sino una perla del largo transitar de decisiones de marchas y retrocesos donde los únicos culpables son los locos que pusieron a estos locos y no son otros que nuestros militares quienes abrazaron el proyecto de destrucción nacional para apoderarse de los recursos y riquezas de los Venezolanos. En este punto, dejaron de ser, héroes, de ser profesionales formados para defender nuestras instituciones y se convirtieron en simples  maleantes, asaltantes y ladrones.

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