Protestas en Venezuela

Protestas en Venezuela
Fuerza Colectiva para el cambio

lunes, 22 de junio de 2015

Del porque no reaccionamos.

A guisa de Proemio sobre la participación en la contrarrevolución.

La participación, es el centro del tema que nos ocupa. Podría no ser algo de mediana atención, a no ser porque la Venezuela de hoy difunde como valor esencial la participación, sin que esta sea considerada como valor expresamente definido. (Ver Arts. 1 al 5 de la CRBV) que compromete al Estado. Sin embargo, la misma CRBV, crea un híbrido curioso al establecer la participación en los asuntos públicos como un derecho político (Art. 62 CRBV) y el Estado, conjuntamente con la sociedad, tienen la obligación de encauzarlo. Hay que decir, que esta parte no está normada a manera de garantizar el equilibrio en la actuación del Estado (Gobierno y Poderes) y el de la Sociedad (Organizada) para el desarrollo y funcionamiento de la participación. Al decir no está normada, es que no existen leyes que comprometan a los poderes públicos sobre el necesario papel de garantizar el equilibrio de poderes y las sanciones a aplicar a los funcionarios que representando a los poderes, son complacientes y obedecen a la linea central de un ejercicio de poder autocrático. Este es el caso de Venezuela, donde la autonomía de las Instituciones, no esta garantizada ni forma parte de una política de Gobierno. En otras palabras no hay autonomía política. Las leyes preveen autonomía para las instituciones del Estado, pero funcional, administrativa, financiera, organizativa; no política. Ese es el meollo. El resultado de esta realidad, es que en un Estado Democrático que profesa, la igualdad, la justicia, el respeto, a través de un mecanismo como la participación en los asuntos públicos, el movimiento social cobra importancia vital. Y que es un movimiento social?. Pues es una agrupación de 2 o mas individuos que sobre la base de su ubicación en la organización del trabajo social, crean sentido de pertenencia alrededor de una dificultad sentida, un interés, incluso, un interés que puede estar ligado a la participación en los asuntos públicos por considerar este grupo, que se les afecta, en algún tema de naturaleza, económica, social, política. Aquí cobra importancia, la canalización de la garantía, que sobre la obligatoriedad de encauzar este derecho, el de la participación, hace el Estado y muy especialmente, el Gobierno. Un Gobierno, que promueve la revolución, debe ser un gobierno,- de acuerdo a las experiencias vividas desde 1789, de Bayona, 1820 en España, 1830 en Francia, 1848, incluyendo las revueltas en nuestro patio de 1810 y la guerra de independencia-, un fiasco, ya que son testimonio, tercamente repetitivo, de un franco ejercicio de caos y violencia, como motor de transformaciones de los sistemas sociales, tan proclives a morir como cualquier organismo vivo o sistema planetario universal, fundamentándose en el uso, de una herramienta que utiliza constantemente la naturaleza en los procesos para la evolución, que hace par con la Creación, como es la Destrucción. Los sistemas hacen crisis y explotan como cualquier galaxia que consume  y agota sus componentes de vida natural. Es aquí donde tal vez, la misma naturaleza, en su quehacer infinito por crear perfección hizo al hombre con la capacidad de hacerse de predictibilidad, por la vía de la experiencia y el raciocinio, y se formó en su interior, en su mente y cerebro, la más evolucionada de las formas; la neurona. Tal vez, así surge el Trabajo de Sorel analizando la violencia como formula en estos procesos, en Lenin, Stalin, Mussolini, Hitler. Uno pudiera pensar en nuevos trabajos por hacer para incluir a Bolívar, Castro, Chavez. En todo caso, y a los fines del presente escrito, puedo afirmar. que hay un elemento común en todos estos procesos explosivos. La imposibilidad del sistema de darle tratamiento a los problemas colectivos de mayorías que van resultando proclives a la destrucción.  Como se da este proceso?,Se inicia a consecuencia de que el sistema no procesa los productos internos,que no forman parte de la condición de poder que domina el sistema o la sociedad. En el caso Venezolano, la participación encuentra un duro obstáculo en la parcialidad que domina las demandas de los partidarios del gobierno y de aquellos que reproducen sus cuotas de poder y reparto de los beneficios asociados al poder de la clase dominante. En estos estados de violencia, el rasgo característico lo tiene el Estamento militar o la institucionalización de la violencia, lo cual crea una abismal diferencia con los sectores que participan sin este prerrequisito en las disputas internas de poder. El papel del Estado y del Gobierno es garantizar los canales para que la participación produzca las transformaciones dentro de un esquema de recepción, tramitación, consulta, tratamiento, procesamiento y respuesta al viejo esquema de inputs y outputs en retroalimentación, sobre el respeto a una norma que asegura este mecanismo para la evolución del sistema y facilita el tratamiento de los conflictos. Una sociedad como la Venezolana con uno de los indices mas altos de conflictividad, muestra que no hay estado de derecho, a pesar de lo establecido en la propia Constitución. El resultado, es que los movimientos ven frustradas sus demandas. El efecto de la frustración de las reivindicaciones sociales es la desmovilización, desesperanza, pero también,  cambios en los esquemas para los reclamos de los grupos. La justicia por el propio medio, es el paso siguiente y la implosión social, una vereda visible en el horizonte de la convivencia. En el caso de grupos sociales, formados  a la luz del reconocimiento de valores de respeto, democracia, responsabilidad y corresponsabilidad, el panorama es mas complicado, ya que resulta un camino mas difícil, el tránsito hacia la violencia como respuesta, como mecanismo de confianza, de accionar, de segura respuesta, en fin, de convencimiento, en la resolución de conflictos y problemas. Estos grupos, hoy exhiben una necesidad de cambio, mezclada con la de otros sectores de la población, para los cuales, la violencia no les es ajena. Al contrario de los primeros, este último grupo vive la violencia en sus zonas residenciales y en general, en las condiciones de vida con mayor crudeza. Al primero lo despojan y al segundo lo eliminan. El primer grupo, se enfrenta a una extraña situación, mixtura de crisis de desarrollo y temor hacia estados de empeoramiento personal. El temor a vivir en las condiciones de vida que experimenta el segundo grupo, les paraliza y condiciona, a respuestas ajustadas a sus prioridades inmediatas, donde el juicio sobre la realidad se torna muy incierto y causante de terribles crisis existenciales y strees. Los individuos, por ejemplo, concentran esfuerzos en atender a los suyos, la familia, las necesidades mas urgentes, que se expresan de acuerdo a una realidad cada vez menos diferenciada. Suministro y acceso a la alimentación diaria, la comida, los bienes de uso personal e higiene, las medicinas y los tratamientos médicos, el cuidado de los jóvenes, las oportunidades y como racionalizar las opciones, el cuidar un puesto de trabajo, pasando a un segundo plano, aspectos administrativos, incluso, hay quienes no pierden oportunidad en asestar un golpe oportunista para hacerse de un dinero adicional.
En el plano de los reclamos que inspiran a los movimientos sociales, las Universidades arrojan el peor de los escenarios y uno se pregunta desde cuando esto ocurre. No es que la vamos a perder, es que ya transitamos un camino que inició con fuertes acciones contra la Autonomía de la cual ninguna institución del país goza, y creemos sicastemicamente, que nada ocurre. Pero es que ya empezó y ocurre avanzando cada vez más, y no hay fuerza que se le oponga, a menos que contemos con un esquema similar de contraste. A la revolución se le opone la contrarevolución así como a  la insurrección se le opone el militarismo y al militarismo como forma de estado el paramilitarismo. En este estado de cosas, la única manera de obtener respuesta de transformación es que todo el mundo salga a la calle y allí se queden hasta que cambien las cosas. Que nada se mueva, porque todos quieren cambio. Creo que no están dadas las condiciones para ese estado supremo, que hemos visto antes. con Ghandi en la India y Solidardasc en Polonia con Walesa. Hay algunos otros ejemplos, no tan ejemplares.
En este momento, las Universidades están dentro de un esquema de negociaciones con el tan criticado Estado y su expresión ejecutiva, el Gobierno en la persona del Ministro del MPPEUCT y también el MPPPST y la PGR, que ha sido el resultado, de reclamos anteriores, exigidos mediante  una mezcla compleja de acciones que están al borde de su agotamiento definitivo, no quedando otra puerta, que la violencia.
Es aquí donde hago una observación vital. La situación política Nacional, avizora que hay este mismo año una oportunidad valiosa a los fines del tan ansiado cambio político,  a la cual el propio gobierno ensaya alternativas para que no ocurra, no convocar su realización o presentar condiciones que tiendan a dar la impresión de control y estimulo al desaliento: Las Elecciones Parlamentarias. Su resultado, con toda seguridad iniciará una nueva fase que algunos llaman de "Transición" hacia el esperado cambio, pero este no es un proceso sencillo. Mientras, el gobierno se tarda en presentar una fecha de realización de estas elecciones, en espera de un milagro que permita que el gobierno tenga una justificación para que no se hagan, con miles de excusa de seguridad de Estado la población ensaya actos de desesperación, a consecuencia del hecho cierto de que el Tigre está herido. Pero no está muerto y es muy peligroso, herido. Por eso se fue Felipe y se fueron los Senadores, para que el Gobierno no tenga argumentos de desestabilización interna. Es en este escenario donde finalmente quiero destacar, el llamado de unos insensatos que convocan a conflictos que no responden a la lógica de los reclamos puntuales, que se manifiestan con movilizaciones y no con paralizaciones que le den argumentos al Gobierno para justificar sus pretensiones suspensivas del deber electoral de remozar la AN, o de crear condiciones que justifiquen medidas especiales. Allí es donde hace falta el trabajo de los grandes constructores de la política, para que los Universitarios logren modificar sus condiciones salariales y se apresten a otros reclamos, sin perder de vista hacia donde se dirige la sociedad Venezolana.

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